Entonces, es casi mitad de 2018 y tu marca tiene un sitio web que es un monstruo.
Y no nos referimos a un monstruo como «Michael Jordan era un monstruo del basketbol» sino que efectivamente, presenta alguno de los casos a continuación.
Es un zombi
Es obviamente un cadáver en descomposición que se arrastra y muerde, aunque nadie sabe cómo o porqué.
Diseccionemos a este monstruo
Usa tecnología obsoleta para el desarrollo web como flash, está diseñado en tablas, no se indexa a buscadores, tarda mucho en cargar y ataca a quien se le acerca.
Hace años que nadie actualiza el contenido, nadie sabe quién recibe los correos que capta el sitio (aunque es probable que ninguno) francamente se ve como un difunto deteriorándose y está esparciendo un virus, no a causa de una malvada farmacéutica, sino por falta de mantenimiento y seguridad.
Sin embargo, como todos los zombis, no solo están muertos y virulentos, sino que también muerden.
Y es que, cuando las personas visitan tu sitio, pierden todo interés previo en tu marca.
Toda esa confianza que construyes de a poco en otros medios, incluso en persona, se derrumban cuando tus usuarios buscan verificar tu identidad y confiabilidad.
Tu sitio web es un zombi que contagia a otros de desconfianza en tu marca y dispersa virus informáticos.
No lo permitas.
Tiempo de re diseñar y traer un bat de beisbol con clavos o una caminadora al menos.
¿Qué hacer para no tener un zombi?
1. Adquiere un programa de mantenimiento o asigna a un especialista en la plataforma al sitio; este debe mantener los componentes del sitio como complementos, código y núcleo del CMS (como WordPress) actualizado y seguro
2. Arma un programa mensual de marketing para tu sitio web con objetivos claros y alcanzables
3. Promueve que el desarrollo de tus sitios web sea en plataformas que permitan la actualización por no expertos, de modo que tu equipo de marketing pueda actualizar el blog, portafolio, los productos y realizar pequeñas correcciones de texto e imagenes sin problemas.
Frankenstein
Aunque todos le tenemos un gran aprecio, por ser los responsables de gritar «estáaa vivooo» este amigo está hecho por órganos traídos por todo mundo y un extraño sentido de la experimentación.
A este sitio web lo armaron entre todas las ocurrencias que surgieron de una sesión de tormenta de ideas.
El dueño o CEO, su esposa e hijos, seguido de chascarrillos de los distintos departamentos y un equipo o diseñador que no pudo mantener el paso de tantas peticiones.
El sitio no solo es enorme ahora, sino que tiene partes de «hazlo igualito a este otro sitio» «qué tal si le ponemos una música bien padre que inicie con el sitio» «pon este widget» «usa esta foto» «pon el texto del folleto tal cual» «¿y si le ponemos el brazo de mi difunto tío»
El resultado es tan abrumador y lleno de ocurrencias de todos los involucrados, que al final nadie sabe realmente qué es lo que hace la marca en cuestión o qué puede hacer por el usuario al que inicialmente debería servir.
En un caso reciente de re diseño, el nuevo CEO de la compañía nos dijo con franqueza «La verdad este sitio no tiene sentido más que para quienes lo armaron, porque ni yo le entiendo»
¿Cómo evitar terminar con un Frankenstain?
1. Asesórate para delimitar objetivos SMART para tu sitio web y contrata un equipo profesional que pueda indicarte cuando te estás dando un tiro en el pie
2. Recuerda, si un elemento no contribuye a los objetivos de la empresa y tampoco aporta valor al usuario, no pertenece a tu sitio
3. Ten en cuenta que la forma más efectiva de obtener un gran sitio es aportando tu conocimiento sobre el negocio y sus necesidades, no haciendo el trabajo de profesionales a los que ya contrataste.
Tu sitio web es un vampiro
Ok, vamos a admitirlo, el tipo es elegante, se mira bien (al menos para ti que eres el dueño del sitio) pero está chupando toda la energía, tiempo y dinero de tu empresa.
Pasaste tanto tiempo trabajando en él que ahora se mira como los tipos de esa horrible película/libro de hace unos años, pero es igual de vacuo y poco útil.
¿Actualizarlo? Es muy difícil y sumamente costoso, ya que todo ese código personalizado y animaciones te dejaron encantado, pero sin posibilidades de mejorar el sitio, cualquier mejora significa un costo importante en tiempo y dinero.
Otra característica es que vive en la sombra ¿cómo modificamos algo? ¿cómo actualizamos? ¿dónde están las estadísticas? El tipo es un misterio
El problema es que, si lo trajéramos a la luz, si tuviéramos todos esos datos, sus costos y su retorno de la inversión, se convertiría en ceniza.
¿Cómo no terminar con un sitio vampiro?
1. Apégate a los estándares, por favor no confundas, utilizar estándares con tener «una plantilla»
2. Desarrolla en plataformas con amplio soporte
3. Asigna personal interno que se comunique constantemente con la agencia que desarrolló el sitio
4. Asegúrate de contar con las estadísticas suficientes para medir la productividad de tu sitio